Astrid Duque Metrio
El filósofo es un incansable buscador de la verdad. Ya desde Sócrates se reconocía al filosófo cómo aquél que no se considera a sí mismo "sabio" sino que está en búsqueda de la sabiduría, del conocimiento, de la verdad. Grave error cometieron los sofistas al creerse poseedores del conocimiento y llamarse a sí mismos "sabios" y maestros de un saber acabado y con el cual incluso podían negociar.
El verdadero sabio, y por lo tanto el verdadero filósofo, es el que busca la verdad en su sentido más puro, esto quiere decir, que no la acomoda a su antojo o a sus intereses sino que busca mirar la verdad desde la perspectiva más objetiva, sin dejarse sesgar por los propios juicios, que pueden estar equivocados, sino buscando solo la verdad y nada más que la verdad.
El verdadero filósofo por tanto debe ser una persona humilde, es decir, que este en capacidad de "reconocer la propia ignorancia". Esta humildad le permitirá admitir la posibilidad de que razone de manera equivocada y de que sus juicios e interpretaciones pueden estar alejados de la verdad, pero esto no le quitará fuerzas para replantear sus ideas teniendo en cuenta que el tesoro al que debe abrazarse no es a "su" verdad, sino a "la" verdad.
La humildad también le será útil para saber reconocer en el otro aquel lado de la moneda que él no logra ver desde su perspectiva, y no creerse así dueño de la verdad. Es cierto que no todos miramos la realidad desde la misma ventana, sin embargo podríamos decir que esa es una de las mayores riquezas del conocimiento y la grandeza de esa única verdad que buscamos todos, que no puede ser abarcada ni definida por una sola persona, sino que se necesitan diferentes matices que pasados por el prisma de la recta razón nos lleven a aproximarnos a un conocimiento cada vez más claro La verdad.
El filósofo debe estar pues abierto a que cada quién desde sus características personales, desde su perspectiva ilumina la realidad y le aporta nuevas luces, y por lo tanto el verdadero filósofo debe saberse necesitado de otros, que lo saquen de la neblina de sus propias interpretaciones y le ayuden a ver la realidad con otros ojos, pues humildad es "andar en verdad".
"El verdadero sabio, y por lo tanto el verdadero filósofo, es el que busca la verdad en su sentido más puro" Podrìa decir que la pureza de la verdad solo se puede lograr a través de su anàlisis constante, es decir, cuando dicha verdad es sometida a diferentes puntos de vista.
ResponderEliminarAceptar que no se es dueño de la verdad absoluta, y que existen pensamientos con gran sentìdo aunque no sean propios, respetar diferentes opiniones y valorarlas es un paso a la humildad,por que el verdadero filósofo así debe ser, alguien que tenga la capacidad de tener grandes argumentos para sostener sus pensamientos, pero tambièn para valorar e identificar la importancia de pensamientos ajenos, para reconocer que aunque se sea sabio, para algo se es tambièn ignorante.
Como tu lo dices en el titulo humildad para llegar a la verdad, el conocimiento de debe transmitir y eso es lo que hace un filosofo o cientifico, porque si no fuese asi de nada sirve saber muchas cosas y que nadie las conozcan, esas verdades serian muertas o solo se quedarian en ideas, se imaginan que el que descubrio la vacuna para la malaria no lo habia publicado, todavia se seguiria estudiando hasta que alguin la publique o la de a conocer; pero tengamos en cuenta que no se trabaja solo por el contario en un grupo de apoyo mutuo.
ResponderEliminar